Not sure if it’s the unique print, or the unexpected versatility that I like most about this dress, but I am pretty sure not being able to pick a favorite quality is a quality in and of itself.
Somewhere amid the sweltering heat with refreshingly sudden bursts of rain that have made up this week, I found the inspiration for this post: three distinct ways to style this Topshop dress. I made white MVP in all of the looks because it screams puffy clouds, vanilla ice-cream and sea foam to me. Summer in full force.
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No se si será el estampado tan llamativo y original, o la versatilidad inesperada lo que más me gusta de este vestido, pero creo que no poder elegir una cualidad favorita es una cualidad en si.
En algún momento entre el calor agobiante y las lluvias tan refrescantemente repentinas que nos han acompañado esta semana, logré encontrar inspiración para este post: tres maneras distintas de lucir este vestido de Topshop. Me aseguré de que en todos los looks el blanco fuera protagonista porque me hace pensar en nubes de algodón, helado de vainilla, y espuma de mar. ¡El verano a todo lo que da!